Postergación


Se ve desolada la muerte,
abandonada en las luces tenues amarillentas y odiosas
de una habitación con madera en vigas por techo
y motivos desaliñados de vanguardia en la pared.
Sola se queda y muy probablemente
solos algún día nos deje.

Quizás haya sido muy cruel...
quizás inhumana o muy sarcástica.
Pero eso si, ¡Más que la vida, jamás!

Una vez más, muerte:
la dejo para otro día,
para otra ocasión pues,
la vida me trae ocupado
y por hoy no tengo tiempo para usted
a pesar que la vida quizás nos trate peor en veces.


Postergación
©© 2008 agosto, Licencia Creative Commons

Antropocentría

Me vi entonces en la playa de la vida,
cuando anteriormente creí
que era solo de la mía,
pero en el momento que volteé mi vista
descubrí un océano en flujo
que se conjuntaba conmigo mismo.
Y ahí encontré una atadura
entre mi libertad y la del otro.

Sonreí de pronto al encontrar corrientes
que se me acercaban para destensar el lazo
y batallé horrores cuando algotra me arrastró
lanzándome y retomándome como al estirar una liga.

Casi nunca encontré un rumbo conjugado
hasta que, cansado,
noté que siempre las olas regresaban
a mi playa personal;
siempre una fuerza final
impulsaba a las diferentes corrientes hacia mi...
la fuerza, toda la energía del océano
se vuelca, va y viene al final
siempre hacia mi: a mi humano.

Antropocentría
©© 2007 AbrilLicencia Creative Commons
Hacha sin filo por O. Adrián Lozano Garza se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

La cosecha


A la espectativa de lo que siga,
en ansiosa espera por terminar lo comenzado.
Debí dejar ya muchas cosas detras
que ansío ecuánimemente... algo;
que suceda en mi, que despierte en mi,
incluso -hasta varias cosas- que mueran en mi.



Ya dejé muchos sueños y algunos anhelos...
dejé proyectos, tanto personales como colectivos
y algunos, los extraño...
algunos no los recuerdo pues
ya dejé también memorias,
así rencores, desamores e intentos de amor compartir.

Ahora no estoy seguro de qu'ésté yo colectando
y apenas y reconozco si son mías
las semillas que, aún con algo d'esperanza
intento sembrar por los caminos que últimamente
recorro con ojos, oídos y poros bien abiertos.

Por ahora impera, me invade la pregunta:
¿Cuándo recogeré la cosecha y a qué sabrá?

La cosecha
©© 2008, 
Licencia Creative Commons