¡Qué cerro!


Qué cerro tan hermoso
desbordando verde y amarillo,
aún tapado luces majestuoso.

Qué cerro tan seductor,
las nubes no se te van de alrededor,
no se te quitan de encima
y tú, derrochador, escurres y escurres agua
por todas y cada una de tus cañadas.

Qué cerro tan atractivo,
me llamas, me llamas...
ya te extraño y aún no me he ido.
Yo sé bien que estás vivo,
apenas te veo: te siento
y me invade tu espíritu.

Qué cerro que me robas sonrisas
igual que las bugambilias
que desparraman el rosa, morado y naranja,
los laureles blanco, rosa y amarillo
y los azares, con la brisa
que me envían su aroma .

Qué cerro tan hermoso
desbordando verde y amarillo,
aún tapado por agua gris y blanca,
luces majestuoso.


¡Que cerro!
© 2010, Adrián Lozano (abril)